La Sabina (Juniperus sabina) es un arbusto de gran importancia ecológica para nuestros montes y que desgraciadamente ha sido sistemáticamente maltratado como otras muchas especies autóctonas. Es una conífera dioica de poco tamaño que puede alcanzar los dos metros de altura. Sus aromáticas hojas son minúsculas, de unos dos milímetros cuando son adultas y algo mayores las jóvenes. Son de color verde azulado y están dispuestas una sobre otra a modo de tejas. Las flores son monoicas y se reúnen en conos, tanto las femeninas como las masculinas, floreciendo en el mes de abril. El fruto es una fructificación carnosa en forma de baya de 5 a 7 milímetros, de color azul oscuro con pruina, al madurar. En su interior contiene de 2 a 3 semillas. Produce una resina irritante que puede ser venenosa para el hombre.
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