miércoles, 12 de enero de 2011

EL LORO


Hoy os presento al más olvidado de nuestros árboles autóctonos: el loro o azarero. (Prunus lusitanica). Su nombre, su aspecto general y la forma de sus hojas recuerdan al laurel, especie con la que el profano puede llegar a confundirlo, pero la estructura de sus flores demuestran claramente que pertenece a la familia de las Rosáceas, es decir, es un pariente cercano de almendros, cerezos o endrinos.
Es un árbol perennifolio, que puede alcanzar hasta 18 metros de altura, con las hojas ovadas o elípticas acuminadas, dentadas, con el haz verde oscuro y brillante, lampiñas por ambas caras, con pecíolos delgados y rojos. Las flores son aproximadamente de 1 centímetro de diámetro, blancas, con 5 pétalos distribuidas en racimos de 25 centímetros de largo, a mediados del verano. El fruto es ovado de más de 1 centímetro que en su proceso de maduración pasa del verde, luego rojo, para finalizar negro, formando racimos de diminutas “cerecitas”.